En 2024 el promedio de la producción de petróleo crudo fue de un millón 485 mil barriles diarios. Para encontrar una cifra menor hay que remontarse a 1979, 45 años atrás.
Víctor Piz
Contrapesos
La producción de petróleo por parte de Petróleos Mexicanos está lejos de estabilizarse y, ya no digamos, de frenar su declive.
Las estadísticas petroleras de la empresa del Estado revelan que, en los 12 meses de 2024, el promedio de la producción de crudo fue de un millón 485 mil barriles diarios.
Para encontrar una cifra menor de producción de ‘oro negro’ hay que remontarse a 1979, 45 años atrás, cuando el país produjo un promedio de un millón 461 mil barriles diarios, según datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
Además de que en 2024 se ubicó por debajo de la meta de producción prevista en marzo pasado en el aniversario de la Expropiación Petrolera, en el último año del gobierno de López Obrador, arrojó una caída de 10.2 por ciento frente a la de 2023.
Diciembre fue el peor mes de 2024, al reportar una producción de crudo de un millón 354 mil barriles diarios, el volumen mensual más bajo desde noviembre de 1978, hace 46 años, según los datos de la petrolera.
Este volumen está 271 mil barriles (16.7 por ciento) por debajo de lo observado en diciembre de 2023 y 207 mil barriles (13.3 por ciento) por debajo de lo reportado en septiembre de 2024, al cierre de la administración de AMLO.
Los datos echan por tierra la narrativa oficial de que se había logrado revertir la tendencia negativa en la producción petrolera de años anteriores.
En diciembre, la producción de petróleo y condensados fue de un millón 619 mil barriles diarios, ubicándose por debajo de lo estimado en el Paquete Económico de 2024.
La producción de petróleo y productos condensados disminuyó en más de 228 mil barriles diarios (12.3 por ciento) respecto a la de diciembre del año previo.
México registró su mayor nivel de producción petrolera en 2004, cuando ésta alcanzó 3 millones 383 mil barriles diarios, pero a partir de 2005 entró en fase decreciente.
Pemex está lejos de estabilizar su producción petrolera, lo que se da en un contexto de falta de pago a proveedores y contratistas de la petrolera, cuya deuda con estas empresas asciende a 400 mil millones de pesos.
Los afectados aseguran que la falta de pago a ellos como proveedores y contratistas de Pemex, así como la menor inversión en exploración y producción complicarán la meta de producir 1.8 millones de barriles diarios de hidrocarburos en el sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum.
El deterioro financiero y operativo de la empresa del Estado es motivo de preocupación, como lo han advertido sus socios privados y las agencias calificadoras.
Además del alto grado de apalancamiento de Pemex, la empresa requiere niveles elevados de inversión para reponer reservas.
Automotriz, al quite
El efecto de una menor plataforma petrolera sobre las exportaciones mexicanas está siendo compensado por las ventas externas relacionadas con la industria automotriz, si bien su expansión se ha venido desacelerando.
En 2024, el valor de las exportaciones no petroleras registró un aumento de 5.2 por ciento anual, impulsado por el incremento de las ventas manufactureras de 4.8 por ciento anual, principalmente.
A su interior, de acuerdo con la información oportuna de comercio exterior del INEGI y el Banco de México, el valor de las exportaciones automotrices avanzó 2.7 por ciento anual, que representa, sin embargo, una desaceleración respecto a su crecimiento de 14.3 por ciento en 2023.
Aun así, entre enero y diciembre de 2024 lograron un valor de 193 mil 907 millones de dólares, que supera a las remesas y los ingresos de divisas por turismo juntos.
En términos del ingreso en dólares que generan al país, las exportaciones automotrices alcanzaron niveles máximos históricos.
Al interior de las exportaciones no petroleras, las dirigidas a Estados Unidos representan 84 por ciento del total.
A su vez, las ventas automotrices representan 28.3 por ciento del total de las exportaciones mexicanas hacia EU.
El principal riesgo es que la nueva administración Trump en EU imponga aranceles a las mercancías provenientes de México, lo que afectaría a sectores específicos como el manufacturero, particularmente el automotor.
Esto pondría en peligro miles de empleos y la continuidad de la producción mensual de vehículos y autopartes, junto con la de otras industrias clave para México, como la agroalimentaria y la de electrónicos.
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